Tras la esperada fumata blanca que emergió desde la chimenea de la Capilla Sixtina, el Vaticano confirmó la elección del nuevo Sumo Pontífice. El cardenal Robert Prevost, originario de Chicago, ha sido elegido como el Papa número 267 de la Iglesia Católica. El hombre de 69 años adoptó el nombre de León XIV.
Con esta elección, se rompe un precedente histórico: nunca antes un estadounidense había sido elegido Papa. Prevost, quien actualmente reside en Roma y preside el Dicasterio para los Obispos, asume el liderazgo de una Iglesia con más de mil millones de fieles en todo el mundo. Su influyente rol en la Curia le ha permitido supervisar la designación de obispos en todo el planeta.
Dirigiéndose en italiano a la multitud que lo vitoreaba, este hombre de 69 años dijo: "Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado. Quisiera ofrecerles un saludo de paz para sus familias, para todos ustedes, dondequiera que estén. Que la paz sea con ustedes".

Tiene una conexión especial con América Latina
El nuevo Papa ha dedicado gran parte de su vida al servicio pastoral en Perú, país con el que también comparte nacionalidad. Su experiencia en América Latina y su cercanía con los grupos marginados, como los pobres, lo han posicionado como una figura de sensibilidad social y mirada global.
El padre Mark R. Francis, quien fue su compañero de seminario en Chicago entre 1978 y 1982, describe a Prevost como una persona serena, inteligente y profundamente compasiva. "Es una persona muy sensible y se preocupa por que todos tengan voz", afirmó Francis. "Su papado, creo, se parecería al del papa Francisco en sus objetivos: una Iglesia inclusiva, directa y en contacto con su tiempo".