Sophie Nyweide, actriz que brilló en películas como Noah junto a Russell Crowe y Mammoth con Gael García Bernal y Michelle Williams, falleció el pasado lunes 14 de abril a los 24 años, según informó su familia a través de un obituario en línea.
La causa de su muerte no fue revelada, aunque el comunicado deja entrever que pudo tratarse de un suicidio.
"Sophie era una chica amable y confiada. A menudo se aprovechaban de ella. Escribía y dibujaba con voracidad, y gran parte de su arte representa la profundidad que tenía y también el dolor que sufría2, señala el texto.
También revela que, pese a los esfuerzos de su entorno, la actriz eligió afrontar sus problemas de manera independiente, rechazando tratamientos: "Se automedicaba para enfrentar el trauma y la vergüenza que llevaba dentro, lo que finalmente resultó en su muerte".
Nyweide inició su carrera muy joven. Debutó en 2006 con la película Bella y participó en series y filmes como Law & Order, And Then Came Love, Margot at the Wedding y New York City Serenade.
Su actuación en Mammoth (2009) fue especialmente reconocida. Allí interpretó a la hija de los personajes principales en un drama que abordaba las complejidades de las relaciones familiares.
Sophie Nyweide falleció a los 24 años | Getty Images
Un llamado urgente de la familia de Sophie Nyweide
En su obituario, los familiares de Nyweide no solo rinden homenaje a su vida y su carrera, sino que también buscan sensibilizar sobre los desafíos emocionales que enfrentan muchos jóvenes.
"Sophie. Una vida que terminó demasiado pronto. Que no sea en vano. Que todos aprendamos de su breve paso por la Tierra y hagamos las cosas mejor", expresa el comunicado que recoge Variety.
La familia de la actriz pidió que, en lugar de enviar flores, quienes deseen honrar su memoria realicen donaciones a RAINN (Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto), una organización dedicada a apoyar a víctimas de abuso sexual.
El obituario también destaca el impacto de su pérdida en su entorno cercano: "Su muerte ha dejado un vacío en todos. La tristeza, la pérdida, la angustia e incluso la rabia están presentes para aquellos que la querían y que ahora tendrán que seguir adelante sin su risa, su pasión contagiosa y su entusiasmo, sin esos increíbles ojos azules que podían mirar directamente al alma".
La familia concluyó con un contundente mensaje. "Sí, todos debemos proteger a nuestros niños y hacerlo mejor", apelando a la necesidad de fortalecer el apoyo emocional a las nuevas generaciones.